martes, 23 de noviembre de 2010

...Y que juegues conmigo a las casitas

De pequeña no sabía qué quería ser de mayor,
jugaba, y los enfados no tenían sentido alguno.
De los seis, a los dieciséis, quería ser abogada.
Ahora, con veintiuno,
sólo quiero ser feliz y sentirme amada.
De mayor quiero ser niña otra vez...
Y...




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1 comentario:

  1. No puedo evitarlo, vuelvo una y otra vez, a ti, aquí, a mirarte, a contemplar tu distancia, a contemplar la invención estática que el objeto precioso de luz quieta, que eres, estatua chula, de senos desnudos con un cigarrillo en la boca se muestre, como cada día, que se enseñe imperial, definitiva y desnuda, con un cigarrillo en la boca, como un desafío a lo frágil, femenino enjambre de sexo y pelea.
    No puedo evitarlo y vuelvo, una y otra vez, a contemplar cada día tu imagen, tu imagen sin nombre e intentar adivinar qué secretas líneas se esconden más allá de los límites de esa ventana por la que miras, sin saber que soy yo, quien está al otro lado intentando adivinar dónde acaban las líneas que dibujan tu cuerpo...

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