lunes, 29 de noviembre de 2010

Funeral blues


Stop all the clocks, cut off the telephone,
Prevent the dog from barking with a juicy bone,
Silence the pianos and with muffled drum
Bring out the coffin, let the mourners come.

Let aeroplanes circle moaning overhead
Scribbling on the sky the message He is Dead.
Put crepe bows round the white necks of the public doves,
Let the traffic policemen wear black cotton gloves.

He was my North, my South, my East and West,
My working week and my Sunday rest,
My noon, my midnight, my talk, my song;
I thought that love would last forever: I was wrong.

The stars are not wanted now; put out every one,
Pack up the moon and dismantle the sun,
Pour away the ocean and sweep up the woods;
For nothing now can ever come to any good.

                                                     W.H. Auden


En memoria de todos los amores que no duraron tanto como esperábamos. Por aquellos a quienes hemos perdido, para los que no volverán.

Hoy nos despedimos también de dos grandes del cine. DEP.


Cuando el grajo vuela bajo...


Era un día gris y nublado, había estado lloviendo, pero no llevaba paraguas. Le gustaba pasar calor si lo hacía, y mojarse si llovía. Para todos era una mujer extraña, pero ella consideraba que si  el tiempo así lo quería, no había nada que hacer. Así que no hacía nada para luchar contra ello. Esas mañanas siempre se quedaba todo el trayecto de bus observando las gotitas correr por el cristal. No tenía mucho que hacer de normal durante aquellos numerosos viajes. Así que observaba a la gente subir y bajar en las muchas paradas que hacía aquel autobús de la primera a la última, y ella siempre lo cogía en la segunda y bajaba en la penúltima. Todos los días lo mismo. Los mismos conductores que te hablan sobre las inclemencias del tiempo, aunque eso a ella no le importaba, los mismos cuatro o cinco estudiantes que leen y a veces comentan cosas sobre sus estudios siempre quejándose, como no…  las señoras mayores que van al hospital, cada una más enferma que la anterior, o eso suelen decir. Una madre con su hijo en brazos y un carro que no sabe dónde poner. Alguien con un móvil y el volumen lo suficientemente alto como para que todos lo oigan resultando de eso, una queja general del variopinto público de pasajeros. Que no lo dicen abiertamente, sino que refunfuñan, miran mal, y rumian los discursos que cualquiera querría decirle a aquel adolescente descerebrado que cree que el flamenco y la música electrónica son del gusto de todos, si alguien alguna vez se decidiera por hacerlo.
Todo el mundo quejándose. Todo el mundo tenía algo de qué quejarse aquella y todas las mañanas. Entonces el bebé empieza a llorar. Era cuestión de tiempo. La verdad es que no sabía muy bien cada cuánto suele llorar un crío, pero da la casualidad de que siempre que ella tomaba el transporte público y subía un bebé, éste parecía llevar un buen tiempo aguantándose las lágrimas.
Entonces, se levantó y dio un grito tras el que todo el bullicio se silenció. Ella también estaba harta de estar en el bus, tampoco le gustaba su carrera, ni la música que salía con ese tono tan agudo del pequeño altavoz, le dolía la cabeza. Y coño si hacía frío.




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martes, 23 de noviembre de 2010

...Y que juegues conmigo a las casitas

De pequeña no sabía qué quería ser de mayor,
jugaba, y los enfados no tenían sentido alguno.
De los seis, a los dieciséis, quería ser abogada.
Ahora, con veintiuno,
sólo quiero ser feliz y sentirme amada.
De mayor quiero ser niña otra vez...
Y...




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shit

Es invierno en El Corte Inglés
y  en mi corazón.



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domingo, 21 de noviembre de 2010

Madrid experience (III)

Hoy he aterrizado -de morros- del final de la mejor semana de mi vida.
Como el título de la entrada indica, he estado en Madrid, teniendo la semana más llena de amor y conocimiento que he tenido en mi vida.


Entre otras cosas, fui al festival Ñ, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Que por el contrario a la última vez que estuve allí, estaba limpio y sin gente cayendo por las escaleras llevados por el alcohol de su interior y el que fluía por las escaleras. Allí fui testigo de la presentación de €®O$ de Eloy Fernández Costa. Bueno, realmente de una parte de aquella movida performática que el tipo se había montado. Porque más o menos a mitad, cuando se puso una máscara sado, aprovechando que no nos veía, nos fuimos. Eso sí, sacamos algo de ello, un chapa con una coma muy mona, ellos a cambio, consiguieron un dineral por cada cosa que tomamos allí.
Otra cosa bastante extraña e interesante a la vez fue la presentación de You Can Dress Me Up, But Yoy Can't Take Me Out, en mi humilde opinión, un título pobremente traducido al castellano, véase No voy a salir de aquí de Mikah P. Hinson en la librería Tipos Infames. Esta presentación, no sé si decir que fue mejor que la anterior, puesto que sufrimos un par de problemas técnicos (v. gr.: que la chica que se iba a encargar de la traducción se quedaba empanada con nada y con un collar que se le acababa de romper. Y que MiKah (según él, camiseta de tirantes en ruso), levaba tal colocón que cuando iba descubriendo pequeñas cosas del mundo que le rodeaba, quedaba fascinado.) Evidentemente, una servidora no se cortó en preguntarle si las drogas las usaba como inspiración o si ya eran algo rutinario. Aunque a la vista quedaba que realmente, no era necesario preguntarlo. Otro que tampoco se cortó durante aquella presentación fue Ernesto, a quien terminaron echando.
Por fin me he hecho el tattoo de Jefferson Airplane que tanto deseaba tener. Y del cual, supongo que colgaré alguna foto en cuanto Laura Rosal me las pase.
También asistí a la presentación del último libro de Luna Miguel, Poetry Is Not Dead, a quien acompañó Julio a la guitarra. Fue muy bonito. Todo ello precedido por la introducción de un Patricio Pron muy indignado. De hecho la idea principal de su discurso era que la poesía es algo indignante. Salí de allí con la extraña sensación de vacío de que eres la única persona que no ha aprovechado la distracción del librero de Arrebato Libros para robar un libro. Y ahora que lo recuerdo, Luna me dijo ayer que me regalaría una copia pero ambas lo olvidamos... ¡Maldición!
Bueno, pues todo esto salpicado de amor, whisky y humo ha sido la última semana de mi vida, y creo que sólo si mi vida se hubiese terminado antes de tomar ese avión, no hubiese tenido nada más que pedir de ella.
* Post post o.O" (no sé si se entiende...)
Ya tengo las fotos, he aquí una:

Por cierto, también ha salido el segundo capítulo de Shine - Cuerpos vacíos - y podeis verlo en la página de la serie. Espero que os guste.